martes, 12 de mayo de 2020

5º A, B Y C- DOCENTES: SOLEDAD, NÉLIDA Y ZENÓN.


ÁreaPrácticas del Lenguaje.
Grado: 5º A, B  y C
Docentes: Soledad, Nélida y Zenón.

FAMILIA : ¡ ES NUESTRO DESEO QUE SE ENCUENTREN MUY BIEN!!!
 SEGUIMOS  TRABAJANDO JUNTOS , SABEN QUE CUENTAN CON NUESTRAS ORIENTACIONES  PARA REALIZAR LA ACTIVIDADES PROPUESTAS.
 ABRAZOS VIRTUALES.

 CUENTO : La Gama Ciega de Cuentos de la Selva.
Autor:  Horacio Quiroga.

 Actividad Nº 1.
 Escucha y mirá atentamente el cuento.


PUEDEN RELEER EL CUENTO.
LA GAMA CIEGA
(Cuentos de la selva, 1918)
 Había una vez un venado —una gama— que tuvo dos hijos mellizos, cosa rara entre los venados. Un gato montés se comió a uno de ellos, y quedó sólo la hembra. Las otras gamas, que la querían mucho, le hacían siempre cosquillas en los costados.
          Su madre le hacía repetir todas las mañanas, al rayar el día, la oración de los venados. Y dice así:
I. Hay que oler bien primero las hojas antes de comerlas, porque algunas son venenosas.

II. Hay que mirar bien el río y quedarse quieto antes de bajar a beber, para estar seguro de que no hay yacarés.

III. Cada media hora hay que levantar bien alto la cabeza y oler el viento, para sentir el olor del tigre.

IV. Cuando se come pasto del suelo hay que mirar siempre antes los yuyos, para ver si hay víboras.

         Este es el padrenuestro de los venados chicos. Cuando la gamita lo hubo aprendido bien, su madre la dejó andar sola.
         Una tarde, sin embargo, mientras la gamita recorría el monte comiendo las hojitas tiernas, vio de pronto ante ella, en el hueco de un árbol que estaba podrido, muchas bolitas juntas que colgaban. Tenían un color oscuro, como el de las pizarras.
         ¿Qué sería? Ella tenía también un poco de miedo, pero como era muy traviesa, dio un cabezazo a aquellas cosas, y disparó.
          Vio entonces que las bolitas se habían rajado, y que caían gotas. Habían salido también muchas mosquitas rubias de cintura muy fina, que caminaban apuradas por encima.
          La gama se acercó, y las mosquitas no la picaron. Despacito, entonces, muy despacito, probó una gota con la punta de la lengua, y se relamió con gran placer: aquellas gotas eran miel, y miel riquísima porque las bolas de color pizarra eran una colmena de abejitas que no picaban porque no tenían aguijón. Hay abejas así.
         En dos minutos la gamita se tomó toda la miel, y loca de contenta fue a contarle a su mamá. Pero la mamá la reprendió seriamente. —Ten mucho cuidado, mi hija —le dijo—, con los nidos de abejas. La miel es una cosa muy rica, pero es muy peligroso ir a sacarla. Nunca te metas con los nidos que veas.
         La gamita gritó contenta: —¡Pero no pican, mamá! Los tábanos y las uras sí pican; las abejas, no.
          —Estás equivocada, mi hija —continuó la madre—. Hoy has tenido suerte, nada más. Hay abejas y avispas muy malas. Cuidado, mi hija, porque me vas a dar un gran disgusto.
          —¡Sí, mamá! ¡Sí, mamá! —respondió la gamita. Pero lo primero que hizo a la mañana siguiente, fue seguir los senderos que habían abierto los hombres en el monte, para ver con más facilidad los nidos de abejas.
         Hasta que al fin halló uno. Esta vez el nido tenía abejas oscuras, con una fajita amarilla en la cintura, que caminaban por encima del nido. El nido también era distinto; pero la gamita pensó que, puesto que estas abejas eran más grandes, la miel debía ser más rica.
         Se acordó asimismo de la recomendación de su mamá; mas, creyó que su mamá exageraba, como exageraban siempre las madres de las gamitas. Entonces le dio un gran cabezazo al nido.
          ¡Ojalá nunca lo hubiera hecho! Salieron en seguida cientos de avispas, miles de avispas que le picaron en todo el cuerpo, le llenaron todo el cuerpo de picaduras, en la cabeza, en la barriga, en la cola; y lo que es mucho peor, en los mismos ojos. La picaron más de diez en los ojos.
         La gamita, loca de dolor corrió y corrió gritando, hasta que de repente tuvo que pararse porque no veía más: estaba ciega, ciega del todo.
         Los ojos se le habían hinchado enormemente, y no veía más. Se quedó quieta entonces, temblando de dolor y de miedo, y sólo podía llorar desesperadamente.
         —¡Mamá!... ¡Mamá!...
         Su madre, que había salido a buscarla, porque tardaba mucho, la halló al fin, y se desesperó también con su gamita que estaba ciega. La llevó paso a paso hasta su cubil con la cabeza de su hija recostada en su pescuezo, y los bichos del monte que encontraban en el camino, se acercaban todos a mirar los ojos de la infeliz gamita.
         La madre no sabía qué hacer. ¿Qué remedios podía hacerle ella? Ella sabía bien que en el pueblo que estaba del otro lado del monte vivía un hombre que tenía remedios. El hombre era cazador, y cazaba también venados, pero era un hombre bueno.
         La madre tenía miedo, sin embargo, de llevar a su hija a un hombre que cazaba gamas. Como estaba desesperada se decidió a hacerlo. Pero antes quiso ir a pedir una carta de recomendación al oso hormiguero, que era gran amigo del hombre.
         Salió, pues, después de dejar a la gamita bien oculta, y atravesó corriendo el monte, donde el tigre casi la alcanza. Cuando llegó a la guarida de su amigo, no podía dar un paso más de cansancio.
         Este amigo era, como se ha dicho, un oso hormiguero; pero era de una especie pequeña, cuyos individuos tienen un color amarillo, y por encima del color amarillo una especie de camiseta negra sujeta por dos cintas que pasan por encima de los hombros. Tienen también la cola prensil porque viven siempre en los árboles, y se cuelgan de la cola.
         ¿De dónde provenía la amistad estrecha entre el oso hormiguero y el cazador? Nadie lo sabía en el monte; pero alguna vez ha de llegar el motivo a nuestros oídos.
         La pobre madre, pues, llegó hasta el cubil del oso hormiguero.
          —¡Tan!, ¡tan!, ¡tan! —llamó jadeante.
          —¿Quién es? —respondió el oso hormiguero.
         —¡Soy yo, la gama!
         —¡Ah, bueno! ¿Qué quiere la gama?
         —Vengo a pedirle una tarjeta de recomendación para el cazador. La gamita, mi hija, está ciega.
          —¿Ah, la gamita? —le respondió el oso hormiguero—. Es una buena persona. Si es por ella, sí le doy lo que quiere. Pero no necesita nada escrito... Muéstrele esto, y la atenderá.
         Y con el extremo de la cola, el oso hormiguero le extendió a la gama una cabeza seca de víbora, completamente seca, que tenía aún los colmillos venenosos.
         —Muéstrele esto —dijo aún el comedor de hormigas—. No se precisa más.
         —¡Gracias, oso hormiguero! —respondió contenta la gama—. Usted también es una buena persona.
          Y salió corriendo, porque era muy tarde y pronto iba a amanecer.
         AI pasar por su cubil recogió a su hija, que se quejaba siempre, y juntas llegaron por fin al pueblo, donde tuvieron que caminar muy despacito y arrimarse a las paredes, para que los perros no las sintieran. Ya estaban ante la puerta del cazador.
         —¡Tan!, ¡tan!, ¡tan! —golpearon.
         —¿Qué hay? —respondió una voz de hombre, desde adentro. —¡Somos las gamas!... ¡TENEMOS LA CABEZA DE VÍBORA!
         La madre se apuró a decir esto, para que el hombre supiera bien que ellas eran amigas del oso hormiguero.
         —¡Ah, ah! —dijo el hombre, abriendo la puerta—. ¿Qué pasa?
         —Venimos para que cure a mi hija, la gamita, que está ciega.
         Y contó al cazador toda la historia de las abejas.
         —¡Hum!... Vamos a ver qué tiene esta señorita —dijo el cazador. Y volviendo a entrar en la casa, salió de nuevo con una sillita alta, e hizo sentar en ella a la gamita para poderle ver bien los ojos sin agacharse mucho. Le examinó así los ojos, bien de cerca con un vidrio redondo muy grande, mientras la mamá alumbraba con el farol de viento colgado de su cuello.
          —Esto no es gran cosa —dijo por fin el cazador, ayudando a bajar a la gamita—. Pero hay que tener mucha paciencia. Póngale esta pomada en los ojos todas las noches, y téngale veinte días en la oscuridad. Después póngale estos lentes amarillos, y se curará.
         —¡Muchas gracias, cazador! —respondió la madre, muy contenta y agradecida—. ¿Cuánto le debo?
         —No es nada —respondió sonriendo el cazador—. Pero tenga mucho cuidado con los perros, porque en la otra cuadra vive precisamente un hombre que tiene perros para seguir el rastro de los venados.
         Las gamas tuvieron gran miedo; apenas pisaban, y se detenían a cada momento. Y con todo, los perros las olfatearon y las corrieron media legua dentro del monte. Corrían por una picada muy ancha, y delante la gamita iba balando.
          Tal como lo dijo el cazador se efectuó la curación. Pero sólo la gama supo cuánto le costó tener encerrada a la gamita en el hueco de un gran árbol, durante veinte días interminables. Adentro no se veía nada. Por fin una mañana la madre apartó con la cabeza el gran montón de ramas que había arrimado al hueco del árbol para que no entrara luz, y la gamita, con sus lentes amarillos, salió corriendo y gritando:
         —¡Veo, mamá! ¡Ya veo todo!
         Y la gama, recostando la cabeza en una rama, lloraba también de alegría, al ver curada su gamita.
         Y se curó del todo. Pero aunque curada, y sana y contenta, la gamita tenía un secreto que la entristecía. Y el secreto era éste: ella quería a toda costa pagarle al hombre que tan bueno había sido con ella y no sabia cómo.
          Hasta que un día creyó haber encontrado el medio. Se puso a recorrer la orilla de las lagunas y bañados buscando plumas de garza para llevarle al cazador. El cazador, por su parte, se acordaba a veces de aquella gamita ciega que él había curado.
         Y una noche de lluvia estaba el hombre leyendo en su cuarto, muy contento porque acababa de componer el techo de paja, que ahora no se llovía más; estaba leyendo cuando oyó que llamaban. Abrió la puerta, y vio a la gamita que le traía un atadito, un plumerito todo mojado de plumas de garza.
         El cazador se puso a reír, y la gamita, avergonzada porque creía que el cazador se reía de su pobre regalo, se fue muy triste. Buscó entonces plumas muy grandes, bien secas y limpias, y una semana después volvió con ellas; y esta vez el hombre, que se había reído la vez anterior de cariño, no se rió esta vez porque la gamita no comprendía la risa. Pero en cambio le regaló un tubo de tacuara lleno de miel, que la gamita tomó loca de contento.
         Desde entonces la gamita y el cazador fueron grandes amigos. Ella se empeñaba siempre en llevarle plumas de garza que valen mucho dinero, y se quedaba las horas charlando con el hombre. Él ponía siempre en la mesa un jarro enlozado lleno de miel, y arrimaba la sillita alta para su amiga. A veces le daba también cigarros que las gamas comen con gran gusto, y no les hacen mal. Pasaban así el tiempo, mirando la llama, porque el hombre tenía una estufa de leña mientras afuera el viento y la lluvia sacudían el alero de paja del rancho.
         Por temor a los perros, la gamita no iba sino en las noches de tormenta. Y cuando caía la tarde y empezaba a llover, el cazador colocaba en la mesa el jarrito con miel y la servilleta, mientras él tomaba café y leía, esperando en la puerta el ¡tan-tan! bien conocido de su amiga la gamita

Actividad Nº 2.

 COPIA EN LA CARPETA LA OPCIÓN CORRECTA

  El cuento trata de:
A)      Una gama muy desobediente.
B)      Una gama   tuvo mellizo.
C)      Una gama que quedo ciega por desobediente.
D)       Una gama muy inquieta.

 LA GAMA CIEGA ERA:
a)       Muy inquieta y obediente.
b)      Muy desobediente e inquieta.
c)       Muy mal genio y amistosa.

Actividad Nº 3.

Ordena los hechos según lo ocurrieron en el cuento:

  •       La gamita por fin pudo ver.
  •       La gamita desobediente se metió a comer miel.
  •       Está era una gamita muy golosa que le gustaba la miel.
  •       Su mamá le aconsejo que no sacara la miel pues las abejas la picarían.
  •       La gamita quedo ciega con la picadura de las abejas. 

Actividad Nº 4.
 Escribí como ella se sintió agradecida por haber sido curada

 ActividadN°5
 ¿Escribí la enseñanza que te dejo este cuento?

Área: Matemática

Grado: 5º A, B y C.

Tema :CRUCI-CUENTAS.
Completa el cruci-cuentas de acuerdo a lo que indica cada punto.
 Por ejemplo: horizontal 1. 6086

































ACTIVIDAD N°2:
 TORBELLINO DE IDEAS

Comienza cada secuencia por el número 50 del centro (¡No vale hacer trampa!!: sólo con la mente!). Para completar este torbellino de cálculos mentales debes resolver las operaciones indicadas y completar.






















Área: Ciencias Naturales.
 Grado: 5to A, B y C

  Actividad N°1

Lee atentamente el texto informativo:  El venado

Podes entrar al link:


Históricamente, por su amplia distribución en los pastizales sudamericanos, el Venado de las Pampas fue identificado como una de las especies emblemáticas o bandera de las Pampas.

Para comienzos del siglo XIX, los venados podían contabilizarse por millones en nuestro país, mientras que hoy sólo restan alrededor de 2.000 individuos en la argentina dispersos en pequeñas poblaciones.

En la actualidad, el Venado de las Pampas se encuentra en serio peligro de extinción. La pérdida y degradación de los pastizales pampeanos debido a las prácticas agrícolas y ganaderas, y el ingreso de enfermedades con el ganado vacuno, junto con la caza por su cuero y carne, fueron los principales factores que causaron su fuerte reducción en los últimos 200 años y lo llevaron a su situación actual de especie “En Peligro” de extinción.
Actualmente, se lo puede encontrar en cuatro provincias: en la Bahía Samborombón en Buenos Aires, en el centro-sur de San Luis, en Corrientes en los campos del Aguapey y los Esteros del Iberá, y en el norte de la provincia de Santa Fe en los Bajos Su meridionales. Estos sitios fueron señalados como Áreas Valiosas de Pastizal en la identificación de zonas de pastizales en buen estado de conservación realizada por Vida Silvestre, lo que señala el valor adicional de la especie como indicadora de pastizales naturales bien conservados.
La última población de la provincia de Buenos Aires está seriamente amenazada. Hoy quedan apenas 150 Venados de las Pampas en la Bahía Samborombón. Estamos ante la urgencia de actuar ya para salvar a los últimos venados bonaerenses.
Estudios recientes de científicos de la Universidad de Buenos Aires apoyados por Vida Silvestre señalan que la población viene disminuyendo a una tasa del 4% anual en los últimos 30 años, transitando el camino hacia su extinción. Entre las principales razones de esta situación se encuentra la pérdida de hábitat para la especie por la presión agropecuaria y por el cambio climático que afecta la Bahía Samborombón.

 Características físicas
Cuando están de pie, los venados pueden medir casi metro y medio de altura. Su peso oscila entre los 40 y 200 kilos. Los machos son los únicos que tienen cuernos, menos el ciervo acuático chino, que tiene colmillos. No obstante, en el caso de los renos, ambos sexos desarrollan cornamenta.
Los venados son de patas extensas y delgadas, con dos pezuñas en cada una. Su cabeza es larga y fina, parecida a la de los caballos.
Sus orejas están formadas por muchos músculos, por lo que pueden moverlas sin tener que girar la cabeza o el cuerpo. Sus ojos están ubicados a cada lado de la cabeza, y le permiten observar el paisaje con una visión de 310 grados.
Tienen un pelaje liso que se les cae en el verano, para dar paso a uno más grueso y abundante que lo protege del frío durante el invierno. Los venados jóvenes o cervatillos tienen manchas en su cuerpo, que se van borrando cuando pasan los cuatro meses de edad.
 La ornamenta
Estos animales nacen con cuatro dientes, y al año y medio ya tienen la dentadura completa. La edad de los venados jóvenes se puede calcular por el número de piezas dentales que poseen.

Actividad Nº 2.
Árma la ficha   con los datos dados en el texto.

NOMBRE DEL ANIMAL
CARACTERÍSTICAS  FÍSICAS
ALIMENTACIÓN
















 Ciencias sociales
 Tema: Día Internacional del Trabajador
Actividad

Miramos el vídeo sobre el día del trabajador.


 Lectura del texto informativo sobre el Día del Trabajador.

1ºDE MAYO DE 1886 COMENZÓ EN CHICAGO UN MOVIMIENTO EN RECLAMO DE LAS OCHO HORAS DE TRABAJO. LA MANIFESTACIÓN FUE BRUTALMENTE REPRIMIDA Y TERMINÓ CON LA EJECUCIÓN DE CUATRO TRABAJADORES ANARQUISTAS, AHORCADOS TRAS UN PROCESO IRREGULAR EL 11 DE NOVIEMBRE DE 1887. EN 1889, LA SEGUNDA INTERNACIONAL DECIDIÓ INSTITUIR EL PRIMERO DE MAYO COMO JORNADA DE LUCHA PARA PERPETUAR LA MEMORIA DE LOS TRABAJADORES QUE MURIERON LUCHANDO POR UNA JORNADA DE OCHO HORAS. EN EL PAÍS, LA PRIMERA CONMEMORACIÓN TUVO LUGAR EL 1º DE MAYO DE 1890. A CONTINUACIÓN, REPRODUCIMOS UN ARTÍCULO DE LA REVISTA PANORAMA, PUBLICADO EN MAYO DE 1970, DONDE OSCAR TRONCOSO RECORRE MÁS DE 70 AÑOS DE LUCHAS OBRERAS EN LA HISTORIA ARGENTINA.
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LEO Y RESPONDO

1)    ¿Qué reclamaron los obreros de Chicago?
2)     ¿Qué relación hay entre los obreros de Chicago y del  Día del Trabajador?
3)    ¿Por qué es importante trabajar?
4)   ¿Por qué se recuerda el Día del Trabajador ?

C. SOCIALES

EL HUNDIMIENTO DEL ARA  GENERAL BELGRANO.

OBSERVAMOS IMÁGENES DEL HUNDIMIENTO DEL ARA GENERAL BELGRANO.








Trabajamos en familia

LEO Y RESPONDO:

1) ¿Qué tipo de gobierno había en la Argentina en 1.982?
2) ¿Quién estaba al mando en la guerra de Malvinas?
 3)  ¿Cuál  fue el principal motivo de la guerra de Malvinas?
4) ¿ Qué significa que el crucero general Belgrano fue atacado fuera de la zona de exclusión de la guerra de Malvinas?
 5) Podemos preguntar algún familiar que estuvo haciendo ese día de este suceso histórico. abuelo, ¿qué hiciste en la dictadura?

Recordamos:  Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas.
Hoy 2 de abril no pudimos dejar de recordar a nuestros soldados aquellos que defendieron con sus vidas los derechos argentinos legítimos sobre nuestras Islas Malvinas. Recordamos que un día como hoy hace 38 años, cuando muchos de ellos tenían apenas 18 años, el gobierno decidió entrar en guerra con Inglaterra, que desde hace muchos años tiene usurpada las islas.

 ESCUCHAMOS LA CANCIÓN: MARCHA DE LAS MALVINAS

 Reflexionar sobre el contenido.
Actividad Nº1
 Realiza una carta de agradecimiento para los Héroes de Malvinas.




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